jueves, 3 de septiembre de 2009


LA PASION DEL DEPORTE

Durante mucho tiempo, hablar de las relaciones de la Ingeniería con el Deporte, era referirse exclusivamente a aquello que giraba alrededor del mundo del motor, en sus diferentes facetas o, quizás, a la construcción de embarcaciones específicas o de edificaciones para la práctica deportiva. Eran muy escasas las alusiones a actividades lúdicas donde la intervención de las capacidades y habilidades humanas de forma directa, sin utilización de máquinas, se relacionasen con nuestra profesión. Hoy las referencias son casi diarias. Unas veces, la mención es sobre el empleo de nuevos materiales para la práctica de cualquier deporte; otras aluden a la aplicación de nuevos instrumentos o sistemas de medida y registro. La verdad es que la mayor o menor disponibilidad de materiales o equipos avanzados para la práctica del deporte de competición puede dar lugar a verdaderas situaciones de "doping" tecnológico, difícilmente compensable mediante normas reguladoras, desvirtuándose con frecuencia los logros alcanzados por el esfuerzo y la habilidad de los participantes, dejando en franca desventaja a quien no disponga de los recursos económicos necesarios o carezca del patrocinio de poderosas entidades. Las grandes inversiones en las competiciones basadas en la utilización de máquinas y materiales en la práctica deportiva pueden tener una justificación para la aplicación derivada en las mejoras en la eficacia, seguridad, ahorro energético y protección del medio ambiente en otras actividades. Pero la carrera por la disponibilidad de estos elementos puede adulterar los resultados de muchas competiciones, contribuyendo a la creciente confusión entre lo que realmente es la actividad deportiva y lo que no es otra cosa que un montaje de espectáculo que innoblemente se atribuye esa condición, con toda su mezcla de intereses bastardos, directos o indirectos. Valga el primer aspecto para perdonar los pecados del segundo. Cerremos este Editorial volviendo a recordar a Odriozola como ejemplo de ingeniero industrial que aplicó intensamente sus conocimientos profesionales, con utilización de muy escasos recursos materiales, en beneficio de los deportistas más puros y de los habitantes de una de las zonas geográficas más bellas que tenemos.